La Beata Giuseppina Nicoli

El santoral vicentino recuerda, hoy 3 de febrero, a la Beata Giuseppina Nicoli, que nació en Casatisma, Italia, el 18 de noviembre de 1863, la quinta de diez hijos. Su familia era profundamente cristiana y Giuseppina desde muy niña, aprendió a valorar la vida y la fragilidad humana.

A los 21 años, entró en la Compañía de las Hijas de la Caridad en Turín. Después de su formación inicial fue enviada a la isla de Cerdeña donde realizó su servicio con gran dedicación.

A los 30 años cayó enferma de tuberculosis pulmonar, enfermedad que la debilitaría durante el resto de su vida y a pesar de su precaria salud, se dedicó a asistir a los pobres de las ciudades de Cagliari, Sásari y Turín. Giuseppina atiende orfanatos, crea asociaciones juveniles, escuelas de Religión para formar a maestras, asiste a presos, organiza grupos de mujeres para visitar pobres, abre una colonia infantil marina para atender a niños desnutridos y enfermos de tuberculosis, acompaña a huérfanos y viudas durante la I Guerra mundial, y promueve de manera incansable otras muchas iniciativas para atender a los más desfavorecidos.

El 31 de diciembre de 1924, muere en Cagliari. Fue Beatificada el 3 de febrero de 2008 en Cagliari.